Soñé hace mucho tiempo con dos lobos enormes uno blanco como la nieve y el color de sus ojos un gris luminoso, el otro era negro cono la noche y con ojos rojos, ambos animales eran magnificas bestias dignos hijos de madre naturaleza lo mejor en casta, hermosos, magníficos e imponentes.
Ibamos caminando hacia un claro en un bosque, y yo iba en medio de ambos afirmándome de cada uno en su pelaje, al llegar al claro había una enorme piedra y era como un altar, al llegar ahí y pararnos enfrente de ella, miro hacia el bosque y de lo más oscuro salía una enorme jauría que avanzaba lentamente hacia nosotros, aullando y mostrando los dientes, subo a la roca y veo que el lobo negro cruza por delante enfrentándose solo a la jauría de sus hermanos y detrás lo protegía el lobo blanco y yo ahí en medio de ambos parada, en eso miro hacia arriba y distingo una colina elevada donde había un hombre parado mirando lo que acontecía y al lado de el otro magnifico lobo gris, tan sublime como los otros dos, el lobo aulla llamando a sus hermanos y estos retroceden a la orden que el da, sin embargo al descender de la colina y cuando se acerca a nosotros tres, me doy cuenta que es un hombre el que se acerca deja su forma de lobo y es un hombre, al acercarse me dice gracias por venir como ofrenda, yo no entendía nada al principio, pero después al ver que mis dos guardianes cada uno se ponía al lado de ese hombre comprendí que la ofrenda era yo, y solo me recoste en la roca dejando que el hombre ese hiciera su trabajo, y sacrificara la envoltura de mi cuerpo para dejar libre mi alma...cuando esta ya estuvo libre pude ver como esta volaba y se metía dentro del cuerpo del lobo gris, que esperaba en la colina y ya ese hombre caminaba con sus tres lobos enormes, hermosos y sublimes, el lobo blanco, el lobo negro y la loba gris...y la guerra comenzó...
Hasta pronto....
Idril Elanessë